"...Aprender es naturalmente divertido..." Aristóteles-

INSCRIPCIÓN 2014

domingo, 25 de octubre de 2009

MARKETING O REALIDAD?

Web 2.0: ¿Marketing o realidad?

Estamos viviendo un cambio de época donde la transmisión del conocimiento, que tradicionalmente estaba basada casi exclusivamente en los libros y la cultura escrita, empieza a complementarse con nuevos soportes y canales de comunicación debido a la irrupción de las nuevas tecnologías. Durante este periodo de transformación no van a desparecer los libros en tapa dura, ni los de bolsillo, ni la prensa escrita, ni los editores ni los bibliotecarios. No obstante, todos estos soportes de lectura y escritura sufrirán múltiples transformaciones.

Mitos y realidades de la Web 2.0

Mito #1. Empobrecimiento del lenguaje
Realidad #1. Puede fomentar el placer de leer

Por un lado, hay expertos que aseguran que estas tecnologías alejan a los jóvenes de los libros, que empobrecen el lenguaje al utilizar en estos soportes frases muy cortas para comunicarse, que reducen el vocabulario debido a los mensajes cortos, etc. Por otro lado, encontramos otras voces que nos señalan que las nuevas tecnologías aportan una hiperestimulación y una concentración en los chavales que pueden ser muy beneficiosas si se aplican correctamente a procesos de aprendizaje. En vez de pasarnos todo el día diciendo que las nuevas tecnologías reducen el lenguaje y alejan los libros de los chavales, ¿por qué no utilizamos los medios electrónicos para atraer su curiosidad hacia el contenido de los libros y para fomentar el placer de leer?


Mito #2. Participación del ciudadano
Realidad #2. Bajo nivel de usuarios

Si los lectores de libros están ya participando en estas redes recomendando libros y autores a otros lectores, las bibliotecas deberían también incorporar estas herramientas en sus actividades de fomento de la lectura.


Mito #3. Millones de blogs, centenares de redes sociales, etc.
Realidad #3. Escasos contenidos en español en la Red

En la Red discurre buena parte del intercambio de conocimiento, pero, desafortunadamente, cuenta con escaso contenido publicado en español y con pocos usuarios si nos comparamos con otros países de nuestro entorno. Esta situación se puede interpretar como una amenaza o, por el contrario, como una oportunidad para el sector cultural.

REFLEXION

Con el paso del tiempo nuevas tecnologías se van introduciendo a nuestra vida cotidiana. Si bien es cierto, con la aparición de las tecnologías se ha dado un giro de 360 grados en cuanto a los hábitos de lectura y escritura y es en ese momento donde se deben implantar nuevos métodos para fomentar estos hábitos.

Hay que sacarle provecho a estas herramientas electrónicas ya que son los principales canales de comunicación e información de las nuevas generaciones.

Sin olvidar que los bibliotecologos y las bibliotecas deben evolucionar y adaptarse a las necesidades de los nuevos usuarios, acercándonos a estas tecnologias para idear las estrategias que fomenten el placer de leer.

FUENTE
http://www.calsi.org/2007/wp-content/uploads/2007/11/javier_celaya.pdf











las bibliotecas quemadas

Las ‘bibliotecas quemadas’

Una frase atribuida a las doctrinas orientales, pero que lo mismo podía tener su origen en las occidentales, las nórdicas o las del sur, dice que “cuando un anciano muere en la comunidad, una biblioteca se quema”. Es un reconocimiento a la sabiduría como acumulación de experiencias personales irrepetibles. Habrá quien diga que la sabiduría está recogida en documentos, no sólo en la mente de los individuos; y más todavía hoy en que con los modernos sistemas de almacenamiento de información ésta se encuentra al alcance de cualquiera con manejar un sencillo programa de ordenador. Es verdad, pero no toda la verdad. Una cosa es la información, otra su utilización en una situación o ante un problema concretos, y otra muy distinta saber disponer de toda o de una gran parte de ella poniéndola en relación con los avatares de toda una vida. En otro caso, el ser más sabio del mundo sería Google, pero me parece que nadie pretenderá mantener una conversación inteligente y gratificante con el por otra parte impagable servidor informático del que todos echamos mano una o veinte veces al día.


Para convertirse en sabiduría, la información tiene que imbuirse en el pensamiento de un individuo único, pasar por los mil y uno filtros que éste le interpone según su particular raciocinio, asentarse allí y dar frutos, el principal de los cuales será la educación propia y de los de su alrededor que le escuchen. Esta última condición me parece esencial. ¡Cuántos auténticos sabios hay en el mundo ignorados y, desde luego, desaprovechados porque no se les permite dar su fruto de enseñanza! Pensemos en nuestro gremio médico. Centenares de colegas atesoraron experiencias y conocimientos para que aprendiéramos mucho y, sin embargo, ¿qué tribuna tienen para hacerse oír?: el auditorio vacío de su trabajo en soledad, si acaso algún papel escrito que guardan cada noche en el cajón de su mesa y que se aventará con sus propias cenizas. La cronolatría, pecado capital de nuestro tiempo, sólo encumbra a los jóvenes en cualquier disciplina y la nuestra, tan de constante avance, no iba a ser menos. Cada vez que uno de esos médicos muere, ni todos los buscadores de internet ni los rimeros de revistas que se apilan en los despachos profesionales, ni la más depurada utilización de la medicina basada en la evidencia, evitarán que una espléndida biblioteca médica se queme

Jose Ignacio  de Arana

FUENTE:

escrito por laboratorio@recoletos.es

















LAS BIBLIOTECAS QUEMADAS

Las ‘bibliotecas quemadas’


22 de Octubre de 2009
escrito por laboratorio@recoletos.es


Una frase atribuida a las doctrinas orientales, pero que lo mismo podía tener su origen en las occidentales, las nórdicas o las del sur, dice que “cuando un anciano muere en la comunidad, una biblioteca se quema”. Es un reconocimiento a la sabiduría como acumulación de experiencias personales irrepetibles. Habrá quien diga que la sabiduría está recogida en documentos, no sólo en la mente de los individuos; y más todavía hoy en que con los modernos sistemas de almacenamiento de información ésta se encuentra al alcance de cualquiera con manejar un sencillo programa de ordenador. Es verdad, pero no toda la verdad. Una cosa es la información, otra su utilización en una situación o ante un problema concretos, y otra muy distinta saber disponer de toda o de una gran parte de ella poniéndola en relación con los avatares de toda una vida. En otro caso, el ser más sabio del mundo sería Google, pero me parece que nadie pretenderá mantener una conversación inteligente y gratificante con el por otra parte impagable servidor informático del que todos echamos mano una o veinte veces al día.


Para convertirse en sabiduría, la información tiene que imbuirse en el pensamiento de un individuo único, pasar por los mil y uno filtros que éste le interpone según su particular raciocinio, asentarse allí y dar frutos, el principal de los cuales será la educación propia y de los de su alrededor que le escuchen. Esta última condición me parece esencial. ¡Cuántos auténticos sabios hay en el mundo ignorados y, desde luego, desaprovechados porque no se les permite dar su fruto de enseñanza! Pensemos en nuestro gremio médico. Centenares de colegas atesoraron experiencias y conocimientos para que aprendiéramos mucho y, sin embargo, ¿qué tribuna tienen para hacerse oír?: el auditorio vacío de su trabajo en soledad, si acaso algún papel escrito que guardan cada noche en el cajón de su mesa y que se aventará con sus propias cenizas. La cronolatría, pecado capital de nuestro tiempo, sólo encumbra a los jóvenes en cualquier disciplina y la nuestra, tan de constante avance, no iba a ser menos. Cada vez que uno de esos médicos muere, ni todos los buscadores de internet ni los rimeros de revistas que se apilan en los despachos profesionales, ni la más depurada utilización de la medicina basada en la evidencia, evitarán que una espléndida biblioteca médica se queme.

FUENTE:
José Ignacio de Arana
22 de Octubre de 2009

escrito por laboratorio@recoletos.es












GOOGLE Y FACEBOOK APUESTAN AL MERCADDO MUSICAL

Las compañías líderes en sus propios segmentos planean incursionar en los servicios de reproducción online y descarga legal de canciones; buscan desafiar el dominio de Apple con iTunes

SAN FRANCISCO, (EFE).- Las ventas de CDs siguen cayendo mientras aumentan las descargas legales de música y, ante este panorama, los gigantes de la Red luchan por asegurarse una parcela en el que será uno de los grandes negocios de los próximos años.

Google , líder de las búsquedas en Internet, y Facebook , actualmente la red social más popular del mundo, incluirán en breve en sus páginas la posibilidad de escuchar canciones o descargarlas previo pago.

La prensa estadounidense adelantaba esta semana que Google está a punto de lanzar un servicio de búsqueda de música en la Web, que permitirá tanto escuchar canciones en línea como compararlas y descargarlas en la computadora.

Este nuevo servicio, que se anunciará de forma oficial el próximo miércoles en Los Ángeles, surgió por iniciativa de algunas grandes discográficas, y ha sido posible gracias a un acuerdo con algunas compañías del sector de música online como Lala y iLike .

Como con muchos otros servicios de Google, que también ofrecerá fotografías e información sobre los artistas, el modelo se sostendrá con los ingresos por la publicidad que se ubique en estas páginas musicales. No obstante, se presume que compartirá una parte con las discográficas.

Asimismo, se espera que el buscador incluya también enlaces a vídeos musicales de su plataforma YouTube , que adquirió hace tres años por una cifra récord y que aún está tratado de rentabilizar.

Por su parte, los miembros de Facebook ya pueden enviar canciones a sus contactos que costarán entre 10 centavos y un dólar, también a un acuerdo con Lala.

Una captura de pantalla del servicio de venta de música desde la tienda de Facebook. Por el momento esta función sólo se encuentra disponible en Estados Unidos

La oferta de regalos musicales se une a los cientos de presentes a la venta en esta red social, artículos como tartas de cumpleaños u ositos de peluche - todos virtuales - que cuestan en torno a un dólar y en los que los usuarios de Facebook ya gastan más de 50 millones de dólares anuales. Sin embargo, el servicio estará disponible sólo para los usuarios estadounidenses, por el momento.

Ambas iniciativas son un claro intento para competir con Apple, que ha descubierto su modelo de negocio en las descargas de música, gracias a la combinación de su reproductor digital iPod junto a la tienda online iTunes .

En países como Estados Unidos, Apple domina el sector de las descargas legales de música en Internet con iTunes, que ya ha vendido más de 6000 millones de canciones - además de millones de películas y series de televisión- desde su lanzamiento en 2003.

Facebook cobrará a sus usuarios por las canciones que envíen a sus contactos y es previsible que, si los miembros de la plataforma están dispuestos a pagar por el envío de un objeto tan intangible como una rosa virtual, lo hagan encantados por una canción.

Según señaló Russ Crupnick, vicepresidente para industria del entretenimiento de la consultora NPD , en el reciente Digital Music Forum West de Hollywood, cada vez más gente descarga música legalmente pero gastan menos dinero. En concreto, la media cayó de 50 dólares en 2007 a 46 este año, afirmó.

Una de las razones principales es la proliferación de las páginas que permiten escuchar música gratis a cambio de ver anuncios, como Lala , MySpace , LastFM o Pandora . "Estos servicios están canibalizando las ventas digitales", señaló este experto.

Además, dijo que los internautas tienden a usar estos servicios como música de fondo e ignorar la publicidad, por lo que los ingresos por anuncios son menores.

Según el último estudio del sector realizado por NPD, los discos compactos aún suponen un 65 por ciento de las ventas de música en Estados Unidos, pero las descargas digitales superarán en breve a los CDs.

"Las ventas digitales de música están creciendo a un porcentaje anual de entre el 15 y el 20 por ciento y las ventas de CDs caen en la misma proporción, por lo que se igualarán a finales de 2010", dijo Crupnick.

FUENTE; Diario La Nacion/tecnologia